El Durazno

A ocho kilómetros al sur de Villa Yacanto de Calamuchita, tras descender una pequeña cuesta se llega a El Durazno. Ya el recorrido de acceso regala pinceladas de paisajes serranos para guardar. Se trata de un pequeño paraje asentado en las márgenes del río homónimo con agua pura de vertiente.

El río El Durazno despliega a su paso diversidad de formas: cascadas, saltos, ollas profundas y remansos con playas arenosas. Los Cajones, por ejemplo, es el tramo que toma al encajonarse entre dos laderas de piedras: un paseo imperdible.

Por su tranquilidad y su paisaje sereno, El Durazno es sinónimo de relax en medio de las Sierras Grandes de los Comechingones. Los pinos implantados en uno de los márgenes contrastan con la ladera vecina con vegetación autóctona y dos tipos de verdes se combinan.

Otro tramo de río, más tranquilo, en torno al vado de ingreso, tiene rincones de agua poco profunda y mansa, ideales para los más chicos, junto a un puente peatonal colgante que le da una marca especial.

Para los amantes del trekking , hay senderos entre bosques tupidos y otros despojados de vegetación. O la opción de “caminar” el río y sus bordes.

Diversas actividades ofrecen los lugareños al visitante: cabalgatas, ciclismo, excursiones en cuatriciclo o en camionetas, buceo en ollas del río, o excursiones de pesca de truchas, entre otras. Aunque pequeño, al lugar no le faltan restaurantes (en general de comida casera), una casa de té y proveedurías.